La Casa de la Abuela

Hay una razón por la que Boquete es tan popular entre los extranjeros, este pequeño pueblo ubicado a 37 millas (60 km) de la frontera de Costa Rica, tiene un exuberante paisaje montañoso, un clima templado y un escenario floreciente en el arte y la música. Con el río Caldera corriendo a través de la ciudad y el Volcán Barú (un volcán activo y el punto más alto de Panamá) que se asoma majestuosamente por encima, este pueblo de montaña es un destino obligatorio para visitar.

Y mientras las caminatas hasta el volcán, el rafting en el río Caldera y las exploraciones de los bosques tropicales en el Parque Nacional están a la orden para cualquier visita, hay mucho que hacer justo en el propio pueblo. El Festival de Jazz de Boquete es el segundo mayor festival de jazz en el país y con el nuevo grupo de teatro y los modernos restaurantes que cuentan con bandas locales, los visitantes se encontrarán pasando tanto tiempo en el colorido pueblo así como en las zonas al aire libre de los alrededores.

La Casa de la Abuela está ubicada en el lugar donde creció la "Abuela", la matriarca de la familia y mientras la antigua zona del gallinero se ha convertido en un precioso patio, la comodidad y el confort con el que la familia vivió en esta finca permanece. El hotel es un edificio sencillo y moderno con sólo 18 habitaciones, donde lo que más resalta es su magnífico entorno, cada dormitorio cuenta con vista a las montañas. Y luego de respirar el aire fresco en los asientos de la terraza común observando las montañas, los viajeros querrán ir caminando a las tiendas, puestos de souvenirs, restaurantes y bares que se encuentran en el lugar que los locales llaman El Pueblo.

Con tanto que hacer cada día, regresar al agradable y relajado vestíbulo de la Casa de la Abuela al final del día es un consuelo. El vestíbulo está abierto las 24 horas y los administradores de habla inglés priorizan la experiencia del huésped. Las habitaciones van desde individuales hasta dobles creadas para alojar cuatro personas y todas incluyen televisión por cable y Wi-fi gratuito, además de baño privado con artículos de tocador.

Algunos dormitorios tienen un panorama del pueblo y otros a las montañas, estas últimas tienen patios privados con un hermoso paisaje. Algunos cuartos tienen aire acondicionado, mientras que otros cuentan con ventiladores eléctricos. Las habitaciones son pequeñas y con decoración sencilla, pero impecablemente limpias y cuentan con ciertos toques especiales. Las camas, por ejemplo, son hechas a mano con madera fina; rústica y artística, al igual que Boquete.