Tierras Altas del Norte, Peru
Las tierras altas del norte se extienden desde las faldas occidentales de los Andes a través de las montañas y hacia abajo hasta la selva amazónica. Para aquellos que quieran aventurarse en algo fuera de lo común, esta región contiene magníficos parques nacionales, una de las más espectaculares ruinas precolombinas de Perú y una de las cascadas más altas del mundo.
La sierra norte es el hogar de muchas ruinas incas y pre-incas, así como de un paisaje espectacular, haciendolo un destino alternativo perfecto para aquellos que buscan algo menos turístico que la zona alrededor de Machu Picchu y Cusco.
Las tierras altas del norte atraen a visitantes de todo el mundo para experimentar la particular diversidad presente en esta zona, desde ciudades como Cajamarca, en la Sierra Alta hasta Tarapoto así como la selva alta al comienzo de la cuenca del Amazonas. Dividido en diferentes secciones, el oeste es conocido por sus valles fértiles, montañas verdes y profundos cañones, mientras que el este tiene bosques nublados húmedos y valles subtropicales con orquídeas y bromelias.
Cada zona tiene sus atractivos particulares. Para los aficionados de la historia, las sorprendentes plazas de ciudades como Cajamarca poseen una arquitectura tradicional, comida e incluso baños termales incas. Chachapoyas es un lugar agradable en el centro de una región llena de tesoros arqueológicos y de misterios que apenas están siendo descubiertos: esto incluye la Fortaleza de Kuelap o Cuélap, la gran ciudad amurallada situada en el valle de Utcubamba. Rutas poco transitadas llevan a los aventureros sobre montañas nubladas hasta las Cataratas de Gocta, una de las cascadas más altas del mundo, una actividad fantástica, es explorarla caminando o a caballo.
En esta región no se ven tantos turistas como en otros destinos de Perú, lo que le brinda una sensación auténtica, pero todavía ofrece diferentes delicias culturales en medio del cambiante paisaje. Las tierras altas del norte están llenas de pequeños y coloridos pueblos ocultos entre las colinas y los valles, donde los turistas pueden sentirse parte de la vida diaria del peruano, así como aventurarse en las excursiones de montaña, practicar ciclismo o realizar paseos a caballo.