Guayaquil

La ciudad extensa de Guayaquil puede parecer intimidante al principio, es un lugar grande y algo caótico. Las calles bulliciosas de la ciudad la confirman como el mayor centro comercial de Ecuador. No importa que tan ocupada este la ciudad, los visitantes no deben perderse la oportunidad de explorar restaurantes, museos y plazas. Una gran variedad de hoteles de lujo le garantizan una estancia confortable. Con el aeropuerto internacional en Guayaquil, esta zona se utiliza como punto de entrada y salida de los visitantes de todo el mundo.

La ciudad tiene una historia rica. Fundada en 1583, Guayaquil comenzó como una ciudad portuaria, lo que llevó a un comercio económico prospero un legado que continúa en la actualidad. En 1820, el gobierno español fue derrocado (sorprendentemente, sin derramar sangre), lo que ayudó a alimentar el impulso hacia la independencia completa de Ecuador. Sin embargo, no fue hasta el año 1860 que una sangrienta batalla entre los separatistas y los españoles consolidaron la independencia de Ecuador. Desde entonces, Guayaquil ha crecido de manera exponencial, y sigue siendo el eje comercial de Ecuador.

La atracción más notable en Guayaquil es el Malecón 2000. Lo que antes era una zona peligrosa y de mala fama, el Malecón se ha revitalizado en un pasadizo hermoso junto al río. Es considerado uno de los proyectos de renovación urbana más exitosos en toda América del Sur. Los parques infantiles, restaurantes, cines y centros comerciales se alinean por 2.5 km del paso marítimo. Conectado al final del malecón se ubica el colorido barrio de Las Peñas. Este sitio también fue una vez un pueblo peligroso, pero los esfuerzos de revitalización le han dado vuelta por completo. Actualmente, se anima a los visitantes a recorrer las calles coloridas donde las cafeterías y las galerías de arte ocupan casi todo los edificios.

Espere un clima excepcionalmente caluroso y húmedo en la ciudad. A pesar de su proximidad con la costa, la brisa es escasa haciendo de las condiciones un tanto incómodas. No es inusual que las temperaturas sean mayores a 26.7 °C durante gran parte del año. Sin embargo, la mayoría de los visitantes son capaces de adaptarse al clima después de uno o dos días.