Cuestiones Ambientales en Belice
Mientras que algunos países Centroamericanos históricamente empobrecidos, como Ecuador y Guatemala, recientemente han experimentado verdaderas mejorías en sus economías, Belice no ha sido tan afortunado. En la última década, la nación Caribeña ha experimentado un incremento de aproximadamente 10 porciento en su pobreza general. A pesar de su reducido tamaño, este país es una región ecológicamente diversa, y algunos intentos para levantar a Belice de la pobreza incluyen deforestación, desarrollo costero, y la explotación de petróleo crudo — todo cobran un elevado precio al medio ambiente.
Turismo y el Medio Ambiente
Desde el año 2004, el turismo a gran escala ha estado en constante aumento en Belice, con alrededor de 800,000 turistas visitando anualmente. Muy prontamente, es posible que esa cifra se incremente a un millón por año, y así efectivamente triplicando la población actual de 325,000 personas de este pequeño país. Belice no posee la infraestructura adecuada para manejar la cantidad de desechos que esta enorme cantidad de personas pueden dejar. Los cruceros en particular generan un problema para las áreas de playa populares alrededor de Ciudad Belice, la cual carece de un sistema de gestión de desechos efectivo. Gran parte de los desechos sóldios se queman en vertederos, lo cual genera una gran cantidad de contaminación tóxica al aire, mientras que los desechos líquedos terminan de vuelta en la tierra, o incluso en el océano. El gobierno ha prometido mejorar estos sistemas de gestión por años, pero ha tomado muy pocos pasos para verdaderamente hacerlo.
Sin embargo, el gobierno no ha fallado por completo a la gente de Belice en cuanto a cuestiones de turismo y medio ambiente. En el año 1998, el gobierno de Belice adoptó una política oficial de "turismo responsable", con la visión de proteger el medio ambiente – después de todo, la economía turística de Belice depende de él por completo – y crear empleos para la gente local. Pero debido a los bajos precios de las únicas exportaciones viables de Belice – el azúcar y el banano – el turismo está llevando la carga de una economía con dificultades; y por su rápido crecimiento como una industria, el gobierno no puede darse el lujo de no participar.
Deforestación
Desde el año 2010, la deforestación se ha acelerado en Belice, con más de 12,632 hectáreas de selva tropical perdidas cada año. Esta asombrosa cantidad podría no ser tan obvia a como lo es en otras regiones, pero con simplemente observar una foto satelital comparativa de la tierra en 1975 y en la actualidad: masivos tramos de bosques, los cuales una vez se extendían a través del país, simplemente han desaparecido. Esto ha ocurrido debido a que los árboles han sido aniquilados en masa, lo que resulta en erosión y dificultades para que los árboles nuevos echen raíces.
La tala ilegal es un factor principal a la deforestación. A lo largo de la frontera Guatemalteca, la cosecha prohibida de palo de rosa se ha vuelto un problema reconocido internacionalmente; con Belice apuntando al grupo criminal de taladores Guatemaltecos como los culpables. El palo de rosa, autóctono para ciertas partes de Centroamérica y Suramérica, exuma un dulce olor cuando se quema, y por mucho tiempo ha sido usado por los Mayas del sur de Belice: acostumbran quemarlo en ceremonias, elaborar instrumentos a partir de él, e incluso contruir hogares con él. Cosechar unos cuantos árboles para estos fines no sería un problema; en su lugar, la mayor parte del palo de rosa es exportado, principalmente a China. Mientras que en el pasado el gobierno Beliceño permitió e incluso incentivó la tala de estos árboles y el posterior flujo de dinero que generó, en el 2013 el Ministerio de Silvicultura, Pesquería, y Desarrollo Sostenible confiscó ilícitamente palo de rosa obtenido y lo quemó, incluyendo el contrabando de caoba – el árbol nacional de Belice – a través de la frontera.
Los intrusos Guatemaltecos también son responsables de un recientemente descubierto círculo de minería ilegal de oro dentro del prístino Bosque Chiquibul de Belice. La minería de oro es una verdadera amenaza al medio ambiente: los ríos y arroyos que corren a través del Bosque Chiquibul están siendo profanados por mineros, quienes remueven las riberas para extraer este precioso metal. Esto proboca que las plantas que crecen a lo largo del agua caigan en las vías marítimas, bloqueando los caudales principales, y por lo tanto afectando a la gente, plantas, y animales que dependen de estas aguas. Las comunidades fronterizas de Belice y Guatemala viven en la extrema pobreza, lo que explica la causa de esta desesperada incursión, y la razón por la que este daño puede ser tan trágico.
El Lado Oscuro del Desarrollo
Mientras que el gobierno Beliceño está haciendo un esfuerzo efectivo para terminar esta caza durtiva de la tierra, también apoya el desarrollo de infraestructura y exploración de petróleo. La paradoja para Belice viene con su necesidad por una infraestructura mejorada, y los daños que este tipo de desarrollo provoca para los hábitats naturales. Las carreteras son necesarias para una economía en crecimiento, proporcionando acceso preferencial para la madera y la agricultura, y bajando los costos de prácticamente cualquier emprendimiento que el gobierno o cualquier empresa decida acometer. En un nivel ético aún más confuso, los agricultores locales – muy pobres para incluso generar ganancias de sus cosechas, y que se desarrollan únicamente para sostener a sus familias – tendrían una labor más fácil movilizándose y trabajando la tierra con acceso a carreteras. Cuando tienen ese acceso son capaces de sobrevivir, y aún así la agricultura de roza y quema todavía ocurre: una área de bosque es arrasada con fines comerciales para la tala de árboles, y los agricultores de subsistencia posteriormente queman la tierra arrasada (generando así una tierra rica en nutrientes), y después cultivan en ella hasta que su fertilidad limitada haya sido aprovechada. Después, repiten esta labor en otra área boscosa.
El petróleo es una nueva industria para Belice, ya que el petróleo fue descubierto aquí por primera vez en el año 2005. A pesar de que la producción de petróleo crudo le dio un impulso a la economía, también ha provocado un conflicto con los conservacionistas y las poblaciones indígenas desde entonces. Los Mayas de Toledo ya estuvieron molestos a causa de no poder pescar o cultivar en el área protegida del Parque Nacional Sarstoon Temash, pero a finales del 2014, la empresa US Capital Energy comenzó a colocar plataformas petrolíferas alrededor e incluso dentro del parque, un área que la comunidad local ha custodiado cuidadosamente. US Capital Energy ha estado en Belice desde el año 2006, perforando en busca de petróleo y contruyendo carreteras — y de nuevo, estas carreteras, en regiones rurales cerca de la frontera, han causado problemas al darle a los cazadores furtivos un fácil acceso a tierras perfectas para cazar. Quizás la peor parte de la industria petrolera en Belice es el "derecho" del gobierno a ceder tierras protegidas. El Parque Nacional Sarstoon Temash, por ejemplo, ha sido presa de esta terrible práctica.
En enero del 2015, el gobierno Beliceño parecía caer bajo la tentación de explorar por petróleo en alta mar, y grupos sin fines de lucro como Oceana Belice están exigiendo que los empleos asociados a la pesca y al turismo deben ser protegidos, al igual que ciertas áreas en específico. El Sistema de Arrecifes Coralinos está en juego, y no sólo es importante por su masiva contribución económica por medio del turismo y la pesca; también es una parte integral de la ecología del océano. El viviente muro de coral literalmente es una barrera que pretege a la costa de la erosión, al igual que protege a la vida marina dentro de él, y además proporciona refugio para muchas asombrosas criaturas que florecen dentro de él. Belice ya ha perdido más de sus arrecifes coralinos que cualquier otro país caribeño debido al cambio climático, el cual muchos creen que ha sido agravado por las mismas prácticas mencionadas anteriormente. Hemos visto tragedias derivadas de la exploración de petróleo en países como Ecuador, y aquellas personas conscientes con el medio ambiente deberían definitivamente preocuparse por Belice.
Cuando el turismo Beliceño comenzó a ganar popularidad en la década de 1990, la palabra de moda solía ser "intacto". Es imposible negar que Belice es un país repleto de bellezas naturales, con sus largos tramos de playas blancas, impresionantes arrecifes coralinos, y prístinas selvas tropicales. Sin embargo es un secreto que no puede mantener oculto por mucho tiempo; y hoy en día que el turismo está alcanzado un clímax en Belice, es la responsabilidad del gobierno, de la gente Beliceña, y de los viajeros que disfrutan de sus maravillas, poner de su parte para mantener el medio ambiente de Belice lo más saludable posible.